Vidas. Se recupera mi casa, mi familia también
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) contribuye a integrar la gestión de riesgos a las estrategias y políticas de desarrollo. Es importante reducir el riesgo de desastres y fortalecer la resiliencia de las personas para evitar perder los logros alcanzados. En este marco el PNUD ha identificado como desafío, la elevada vulnerabilidad relacionada a eventos naturales severos.
El huracán Sandy llegó con categoría 2 a la ciudad de Santiago de Cuba, en donde permaneció cinco horas dentro del territorio cubano, con efecto combinado de lluvia, vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y rachas que superaron los 200, olas de seis a ocho metros en el litoral sur del territorio, penetraciones del mar de 10 a 15 metros en tierra, y en algunos casos hasta 50, y lluvias fuertes en las zonas montañosas de la periferia del centro del país. El resultado fue catastrófico, con grandes daños a las viviendas, infraestructuras gubernamentales, instituciones educacionales y de Salud. Santiago y Holguín se convirtieron en páramos cubiertos de escombros. Los principales daños estuvieron en los sectores de la vivienda, en la generación y transmisión de energía eléctrica, en las comunicaciones, y en establecimientos relacionados a la industria alimenticia. Y su gente marcada por el evento traumático.